Publicado originalmente en inglés en el blog del autor el 29/07/2009
Zimbabue es la nueva República de Weimar. ¡No! Zimbabue es la evidencia en la primera línea de combate que demuestra que los déficits públicos generarán hiperinflación. ¡No! Zimbabue es la demostración de la insensatez de un sistema monetario fiduciario. ¡No! Zimbabue es un país africano con un gobierno disfuncional. ¡Sí!
Primero debemos saber de qué estamos hablando. La derecha piensa que cuando los trabajadores obtienen un aumento salarial es inflación. No lo es. La izquierda piensa que cuando el sector empresarial sube el precio de un bien o servicio es inflación. No lo es. Tampoco es inflación cuando el tipo de cambio cae impulsando al alza el precio de las importaciones. Tampoco es inflación cuando el gobierno aumenta un determinado impuesto (digamos el IVA) en un porcentaje X a un nuevo nivel.
Entonces, si bien un aumento de precios es una condición previa esencial, una condición necesaria, para lo que llamamos inflación, no es una condición suficiente. Es decir, se requerirá la observación de un aumento de precios para definir un episodio como inflacionario (en algún momento), pero observar un aumento de precios por sí solo no será suficiente para categorizar los fenómenos que está observando como un episodio inflacionario.
La inflación es el aumento continuo del nivel de precios. Es decir, el nivel de precios tiene que estar subiendo cada período que se observe. Por tanto, si el nivel de precios o un nivel salarial aumentan un 10 por ciento cada mes, entonces existe un episodio inflacionario. En este caso, la tasa de inflación se consideraría estable: un aumento constante por período. Si el nivel de precios estaba aumentando en un 10 por ciento en el mes uno, luego en un 11 por ciento en el mes dos, luego un 12 por ciento en el mes tres y así sucesivamente, entonces se da una inflación acelerada. Alternativamente, si el nivel de precios subió un 10 por ciento en el primer mes, un 9 por ciento en el segundo mes, etc., entonces la inflación está disminuyendo o desacelerándose.
Si el nivel de precios comienza a caer continuamente, lo llamamos episodio deflacionario.
¡La hiperinflación es solo inflación a lo grande!
Entonces, un aumento de precio puede convertirse en inflación, pero no es necesariamente inflación. Muchos comentaristas y economistas se equivocan en este entendimiento básico, a menudo y de forma continua.
En segundo lugar, también se deduce que los ajustes cíclicos en los niveles de precios ofertados por empresas desde sus niveles actuales con niveles deprimidos de actividad hasta los niveles de precios que se definen con niveles normales de capacidad operativa tampoco deben considerarse razonablemente como inflación. Cuando la economía está mal, las empresas reducen los precios en un intento de aumentar la utilización de la capacidad suprimiendo temporalmente sus márgenes de beneficio y, por lo tanto, mantener la participación de mercado. A medida que las condiciones de la demanda se vuelven más favorables, las empresas comienzan a aumentar los precios que ofrecen hasta que vuelven a los niveles que les ofrecen la tasa de rendimiento deseada con la utilización normal de la capacidad. ¿Has intentado encontrar alojamiento en hoteles recientemente en las zonas turísticas? Se ofrecen grandes descuentos, pero desaparecerán una vez que mejore la economía. No es útil llamar a eso inflación.
Práctica fiscal responsable
Ahora, a riesgo de repetirme un millón de veces, esta es la secuencia macroeconómica que define la práctica responsable de la política fiscal. Esta es la macroeconomía básica y los terroristas neoliberales que hiperventilan con el déficit/la deuda la/hiperinflación parecen incapaces de comprenderlo:
- El gobierno soberano, que no tiene restricciones de ingresos porque emite la moneda, tiene la responsabilidad de asegurarse de que la fuerza laboral esté plenamente empleada.
- El pleno empleo significa menos del 2 por ciento de desempleo, cero subempleo y cero desempleo oculto.
- El gobierno soberano puede comprar cualquier bien real o servicio que esté disponible para la venta en el mercado en cualquier momento. Nunca tiene que financiar este gasto a diferencia de un hogar que utiliza la moneda emitida por el gobierno soberano. El hogar siempre tiene que financiar sus gastos (al igual que los gobiernos estatales y locales en un sistema federal).
- El sector no gubernamental normalmente decide (en conjunto) ahorrar una proporción de los ingresos que le llegan. Este deseo de ahorrar motiva decisiones de gasto que dan como resultado que el flujo de gasto sea menor que el ingreso producido. Si no sucediera nada más, las empresas reducirían la producción y los ingresos caerían (al igual que el empleo) y los hogares descubrirían que no pueden alcanzar la tasa de ahorro deseada.
- En esta situación, el sector gubernamental debe cubrir la brecha de gasto que dejó la decisión del sector no gubernamental de retirar parte del gasto (en relación con sus ingresos). Si el gobierno aumenta su contribución neta al gasto (es decir, tiene un déficit presupuestario) hasta el punto en que el gasto total ahora es igual al ingreso total, las empresas realizarán sus ventas de producción planificadas y mantendrán los niveles actuales de empleo.
- La posición neta del sector estatal (gasto menos ingresos) es la imagen especular de la posición neta del sector no estatal. Por lo tanto, un superávit del gobierno es idéntico hasta el último peso, la última peseta y el último céntimo a un déficit no estatal y viceversa. Entonces, si el sector no gubernamental tiene superávit (una posición de ahorro neto), los ajustes de ingresos harán que el sector público tenga un déficit, haya planeado estar en esa situación o no. Si los ingresos están cayendo frente al comportamiento de ahorro creciente del sector no estatal y esa brecha de gasto no se cubre con el gasto neto del gobierno, entonces el déficit presupuestario aumentará (ya que los ajustes de ingresos hacen que los ingresos fiscales caigan y aumenten los pagos en prestaciones sociales). Se acaba en déficit, pero la economía está en una posición mucho menos satisfactoria de lo que habría sido el caso si el gobierno hubiese “financiado” el deseo de ahorro no estatal en primer lugar y hubiese mantenido altos niveles de empleo.
Por tanto, un gobierno responsable intentará mantener niveles de gasto suficientes para cubrir cualquier ahorro. Notarán que he discutido esto en agregados generales (estatal – no estatal) en lugar de adoptar el llamado enfoque de fugas e inyecciones que descompone el sector no estatal en resto del mundo y nacional y considera fugas a los impuestos, ahorros e importaciones frente a las inyecciones de gasto público, inversión y exportaciones. No aporta nada de particular interés ese nivel de agregación que sea relevante para lo que aquí nos concierne. Nos basta mantenerlo sencillo para entender la información más básica.
Acertando con la causalidad
Si pensamos en la República de Weimar por un momento, sus problemas comenzaron mucho antes de la hiperinflación, que realmente estalló en 1923. Después de la Primera Guerra Mundial, los pagos de reparaciones exigidos por el Tratado de Versalles exprimieron tanto al gobierno alemán que finalmente impagaron. El Tratado fue solo una retribución atroz de los vencedores de la guerra y trajo tanto dolor al mundo en la guerra de 1939-1945 que uno se pregunta en qué estarían pensando.
En cualquier caso, para los historiadores entre Vdes., recordarán que luego los ejércitos francés y belga tomaron represalias después del impago alemán y se apoderaron del área industrial del Ruhr, el corazón minero y fabril de Alemania. Los alemanes, a su vez, dejaron de trabajar y la producción se paró en seco. Los alemanes siguieron pagando a los trabajadores en moneda local pese a que solo era posible una producción limitada y se pueden imaginar que la demanda nominal comenzó a aumentar rápidamente en relación con la producción real, que se estaba frenando. El apretón se produjo cuando el comercio de exportación se detuvo y la única forma en la que el gobierno alemán podía seguir pagando las obligaciones del tratado, etc. era seguir gastando. Y llegó la inflación.
Pero piense detenidamente en la causalidad aquí: no era una situación normal en absoluto en la que un gobierno soberano intentaba financiar el deseo de ahorro del sector no gubernamental y mantener altos los niveles de empleo y producción.
Esbocé el este sencillo diagrama para darles una idea de lo que podría suceder cuando ocurre un choque (contracción) de suministro severo. No es perfecto, pero va al caso (tiene que imponer su propio movimiento dinámico en el gráfico). El eje horizontal es la producción real y la producción potencial de pleno empleo se muestra con la línea verde vertical (¡No se debe inferir niveles de producción biosostenibles!). El eje vertical es el gasto o la demanda en términos reales. La clave está en que el nivel de precios se mantiene constante en este diagrama. La línea de 45 grados es la curva de oferta agregada a precio fijo que indica que las empresas ofrecerán todo lo que se demande a ese precio fijo hasta el límite de su capacidad (punto A). Después de A, la capacidad de oferta se agotaría y la inflación entraría en escena.
La línea roja (superior) que cruza el punto A es la línea de demanda agregada y muestra el estado actual del gasto en la economía a diferentes niveles de ingresos reales. Tiene pendiente positiva porque el consumo aumenta con la renta nacional y es inferior a 45 grados porque no se consume toda la renta (hay algo de ahorro). Por tanto, es la suma de todos los componentes de la demanda (consumo, inversión, exportaciones netas y gasto público).
Mientas asumimos que seguimos en Shangri La, entonces estamos inicialmente en el Punto A. Habrá producción a plena capacidad, precios estables, algo de ahorro no estatal y un déficit presupuestario que lo compensa.
Ahora imaginen que llega un dictador y comienza a quitarles la tierra a los agricultores originales (que eran productivos) y se la da a aquellos que no tienen ni idea de cómo cultivar o pasan totalmente de la agricultura, en esta economía principalmente agrícola. La producción potencial se contraería de manera constante y he mostrado una línea de producción potencial revisada concreta (una contracción de la capacidad general de producción de la economía).
Si piensan sobre los niveles actuales de demanda en relación con ese nuevo potencial de oferta drásticamente reducido, verá rápidamente que hay un enorme exceso de demanda (gasto) medido por la brecha entre los puntos B y D. Pero, de hecho, a medida que los niveles de renta fueran cayendo en realidad la economía se contraería a lo largo de la línea roja superior de demanda agregada (a medida que caen los ingresos, también lo hacen el consumo y el ahorro). En el Punto C todavía existe una demanda (gasto) excesiva en relación con la nueva capacidad potencial.
Por lo tanto, la demanda tendría que menguar (la línea roja desplazarse hacia abajo) hasta que se cruzara con la nueva restricción de oferta en la línea de 45 grados en el Punto D. El punto C podría teóricamente estar asociado tanto con un superávit presupuestario como con un déficit presupuestario, es decir, no se puede implicar directamente la conducción de la política fiscal con el exceso de gasto de forma automática o incluso necesaria.
El resultado es que el nivel de precios estaría aumentando en esta economía mucho antes de que llegara al punto D desde el punto A debido al gasto excesivo crónico respecto a una capacidad dramáticamente inferior.
Zimbabue …
Esos hiperventiladores del país de los histéricos del déficit/deuda no dejan de aumentar utilizando a Zimbabue como su equivalente moderno de la República de Weimar y como los perros de presa en primera línea de combate en su campaña de berridos para deshacerse de los déficits nuevamente. El problema es que claramente ni han leído mucha historia ni analizado a fondo Zimbabue.
Es obvio que la moneda Zw de color tan bonito se ha envilecido siendo reemplazada constantemente por billetes con más y más ceros a la derecha del 1.
Entonces, ¿qué pasó? El gobierno de Zimbabue es el soberano del dólar Zw, aunque es probable que las decisiones recientes de permitir que los dólares estadounidenses se circulen libremente dentro de la economía socaven esa soberanía si la recaudación de impuestos en Zw se complica.
De la misma manera que el Tratado de Versalles fue directamente responsable de la difícil situación en la que se encontraba Alemania durante la década de 1920, el régimen racista blanco que gobernó antes de 1980 y que se había descolgado de los arreglos coloniales con Gran Bretaña, estableció las condiciones que ahora están destruyendo Zimbabue. El gobierno de la minoría blanca en el África colonial creó un reparto de tierras tan injusto entre blancos y negros que siempre iba a producirse una reacción violenta. El mismo tipo de colapso amenazará a Sudáfrica, que está tratando de reinventarse (pacíficamente) en la era posterior al apartheid (no con mucho éxito, debo agregar).
Los blancos, que constituían el 1 por ciento de la población, poseían el 70 por ciento o más de la tierra productiva. Después de la guerra civil de la década de 1970 y el reconocimiento de la independencia en la de 1980, el gobierno de Mugabe administró, bien o mal, un crecimiento relativamente mejorado con resultados de inflación lo suficientemente estables.
En este Informe del Banco Mundial de 1995 se ve que los datos muestran que el desempeño económico fue variable pero razonable. La economía atravesó una grave sequía en 1992-93 que aumentó la tasa de inflación, pero pronto volvió a los niveles habituales.
El siguiente gráfico muestra el crecimiento del PIB desde la independencia en 1980 a 2007 (datos del FMI). El comportamiento hasta aproximadamente el año 2000 no dio señales del desastre inminente. El crecimiento del PIB parecía ser como el de muchas otras naciones: variable y generalmente positivo, excepto por la dura sequía de 1992-93.
Los problemas surgieron después de 2000, cuando Mugabe introdujo reformas agrarias para acelerar el proceso de igualdad. Es un tema realmente controvertido: la reacción a la marcada desigualdad fue comprensible pero no muy sensata en términos de mantener una economía que podría continuar creciendo y produciendo a niveles razonablemente altos de producción y empleo.
A los combatientes revolucionarios que obtuvieron la libertad de Zimbabue de los amos coloniales se les permitió simplemente hacerse cargo de las granjas comerciales productivas de propiedad blanca que hasta entonces habían alimentado a la población y eran el mayor empleador. Así que, en mi opinión, las reformas agrarias no se implementaron bien, pero estaban correctamente motivadas.
Como los aliados después de Versalles, a veces no obtienes lo que deseas. Los blancos en Zimbabue siempre se habían mostrado reacios a compartir con la mayoría negra y sembrando vientos finalmente cosecharon tempestades.
Sin embargo, desde una perspectiva económica, la apropiación de granjas y el colapso de la producción de alimentos fueron catastróficos.
El desempleo se elevó al 80 por ciento o más y muchos de los que siguen ocupados van están lampando a media jornada
Así pues, las reformas agrarias representaron la primera gran contracción en la producción potencial. Eso exigía una rápida contracción de la demanda, pero no se pudo implementar políticamente dado que se destruyó el 45% de la capacidad de producción de alimentos.
La situación luego se agravó cuando otras infraestructuras se echaron a perder y las restricciones empezaron a transmitirse por la cadena de suministro. Por ejemplo, los Ferrocarriles Nacionales de Zimbabue (NRZ) se han deteriorado hasta el punto de que la capacidad para transportar su producción de exportación minera se ha reducido sustancialmente. En 2007, hubo una disminución del 57 por ciento en los envíos de minerales de exportación (consúltense diversos varios informes, etc. en la Gaceta Financiera).
La industria también fue impactada por el deterioro. La Confederación de Industrias de Zimbabue (CZI) publica varias estadísticas que informan sobre la capacidad y el rendimiento de fabricación. La producción manufacturera descendió un 29% en 2005, un 18% en 2006 y un 28% en 2007. En 2007, solo se utilizaba el 18,9% de la capacidad industrial de Zimbabue. Esto reflejó una variedad de cosas, incluida la escasez de materias primas. Pero en general, los fabricantes culparon al banco central por cerrarles el acceso a las divisas que se necesitaban para comprar materias primas importadas, etc.
El Banco de la Reserva de Zimbabue está utilizando reservas extranjeras para importar alimentos. Así pues se puede entender la cadena de causalidad —arruinar to capacidad nacional de suministrar alimentos, después tener que depender de los alimentos importados, lo que a su vez exprime a los importadores de materias primas que no pueden acceder a las divisas. Por tanto, no solo se destruyó la capacidad agrícola, sino que también cuanta capacidad industrial tuviera la economía apenas se utilizaba.
Además, se ha impedido que fluyan bienes y servicios importados porque muchos importadores los abandonan en la frontera cuando se les da un estacazo de aranceles exorbitantes.
En conjunto, el colapso de la producción ha hecho que la tasa de desempleo se eleve al 80 por ciento o más. El aumento del desempleo ha sofocado más todavía el crecimiento de los ingresos de los hogares seguido de una mayor caída de la demanda.
Como consecuencia, el crecimiento del PIB se ha contraído en torno al 7 u 8 por ciento anual y el nivel de capacidad potencial de la economía ha disminuido drásticamente a medida que inversión se ha desvanecido.
Además, la respuesta del gobierno de comprar favores políticos aumentando su gasto neto sin aumentar la capacidad productiva siempre iba a generar inflación y luego hiperinflación.
Pero si bien la hiperinflación fue casi inevitable, eso no supone un argumento intrínseco contra un gobierno que es soberano en su propia moneda y que mantiene déficits permanentes para alcanzar—bajo las pautas especificadas anteriormente— una gestión fiscal responsable de pleno empleo.
Cuando administra de manera tan inadecuada el lado de la oferta de tu economía como lo hicieron los zimbabuenses, la única forma de evitar la inflación es contraer severamente el gasto real para igualar la nueva capacidad inferior. Más personas habrían pasado hambre y muerto de las que ya lo han hecho si el Gobierno lo hubiera recortado tan drásticamente.
Pero este desastre no tiene mucho que ver con los déficits presupuestarios como medio para asegurar altos niveles de empleo en una economía en crecimiento (donde la capacidad se expande con el tiempo) donde el sector no gubernamental también desea ahorrar. Una explosión de inversión del sector privado habría provocado el mismo resultado tanto en términos de inflación como en los problemas políticos de combatirla. Entonces, ¿dirán también los hiperventiladores que no deberíamos tener inversión privada neta?
Es importante comprender el contexto histórico porque creó las circunstancias políticas que hicieron inevitable la hiperinflación. Pero estos vestigios históricos del dominio blanco colonial tienen muy poca relevancia para la situación a la que se enfrenta un moderno y avanzado sistema monetario fiduciario.
Conclusión
Así que hiperventile todo lo que quiera, pero Zimbabue no es un argumento contra los déficits presupuestarios continuos en defensa del pleno empleo.
Los malos gobiernos arruinarán cualquier economía si quieren.
Un gobierno sabio que utilice la capacidad fiscal que le proporciona un sistema monetario fiduciario puede generar pleno empleo y equidad manteniendo la estabilidad de precios.
Propagad el mensaje…