Hoy inicia la administración del presidente Joe Biden. Para tener un contexto general de lo que sucederá en la primera etapa de su gobierno, entrevisté a mis colegas el Dr. Fadhel Kaboub del Global Institute for Sustainable Prosperity (GISP) y al Dr. Scott Ferguson del GISP y del colectivo editorial Money on the Left. Mi pregunta para los dos fue: ¿Qué podemos esperar del gobierno de Biden?
Ferguson: Me anima que Biden esté decidido a enfrentar el impacto de la crisis del covid mediante un gran gasto público con programas sociales y de salud. Es alentador no escuchar hasta ahora los llamados a la rectitud fiscal, como sucedió con Obama y francamente desde el conservadurismo fiscal del Partido Demócrata desde al menos la era Carter. Dicho esto, no considero que Biden vaya a ir lejos para abordar los problemas sistémicos de nuestra época como desempleo, vivienda y cambio climático. Y lo más probable es que en estos años, los principios económicos ortodoxos continúen impidiendo la solución de estos problemas. No obstante, algo interesante está sucediendo: la ortodoxia se está desmoronando. Estos principios han perdido mucha fuerza en círculos políticos, de finanzas y banca central. Situación derivada del impulso a la Teoría Monetaria Moderna (TMM) y a la izquierda adherida a la TMM.
Kaboub: Esperamos un gran gasto público durante los primeros meses de la administración. Biden dejó claro que no se preocupará del déficit público o de la deuda nacional. Sin embargo, en un momento dado sus asesores (quienes reflejan la estructura política, económica e ideológica de Obama) lo harán voltear a ver erróneamente a la disciplina fiscal. Cuando sus asesores logren centrar la atención de Biden en la disciplina fiscal, es fundamental apelar al sentido común y de decencia del presidente. Es importante convencerlo que se requiere una economía más fuerte, resiliente, sostenible y próspera. Esto sólo se podrá lograr si su gobierno se aleja de la ortodoxia económica. Así, Biden puede establecer un estándar elevado para futuras administraciones, pero ello requerirá un gran coraje político, perseverancia y persuasión.