Unos pocos datos permiten darnos una idea cabal de lo que está ocurriendo con la economía española.
Round 1. Recaudación tributaria
…el Estado ha retirado más de 32.384 millones de euros más que entre enero y octubre de 2021. Eso equivale al 3% del PIB y es mucho más que lo que está entrando en nuestra economía a través de los fondos Lost Generation EU.
Hasta el mes de octubre la recaudación tributaria superaba la del mismo período del año anterior en un 17%. Es decir, el Estado ha retirado vía impuestos 32.384 millones de euros más que entre enero y octubre de 2021. Equivale al 3% del PIB y es mucho más que lo que está entrando en nuestra economía a través de los fondos Lost Generation EU.
Este exceso de recaudación es típico de un sistema tributario como el nuestro que funciona como estabilizador automático. Cuando la economía crece los impuestos crecen más que proporcionalmente; cuando decrece caen más rápidamente. De esta manera contribuyen a evitar que la economía se recaliente demasiado durante un período de auge y contienen la caída del PIB al dejar más dinero en los hogares durante una recesión. Pero, impulsados en parte por el crecimiento de los precios, se han pasado de frenada. Un gobernante ilustrado habría aplicado alguna medida de urgencia para detener este efecto. Por ejemplo, la ministra Montero podría haber deflactado los impuestos para los tramos bajos de la tabla de gravamen, los que aplican a los hogares más afectados por la inflación.

Fuente: AEAT
Montero no cree en bajar impuestos
Pero Montero se ha negado siquiera a una rebaja de impuestos para las clases populares. Le ha cedido la bandera de las rebajas fiscales a la derecha gobernante en algunas comunidades autónomas. Esta derecha, por supuesto, solo ayuda realmente a la parte más privilegiada de la sociedad –exención del impuesto sobre el patrimonio, deflactación uniforme para todos los tramos de rentas. Se podía y se debía haber hecho algo para aliviar la pérdida de renta disponible para las clases populares. Deflactar el impuesto en 2023 llega tarde.
Una fiscalidad regresiva y clasista
Nótese que este aumento de recaudación se vende como un éxito por la clase política. Lamentablemente el discurso de que toda subida de recaudación es buena cala entre muchos opinadores y economistas progresistas. Se tiran piedras sobre su propio tejado. Están convencidos de que se puede utilizar los recursos adicionales para aumentar el gasto social. Como ya hemos explicado, una y mil veces, los impuestos no financian nada: solo destruyen poder de compra.
Hay que recalcar que este exceso de recaudación castiga sobremanera a las clases trabajadoras. El 75% de la recaudación se obtiene del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y del impuesto sobre el valor añadido. Son los que pagamos los trabajadores cuando cobramos el salario y los que pagamos cuando hacemos la compra. Los ricos también los pagan, pero en menor proporción a su renta total. Teóricamente el IRPF es progresivo pero lo es de manera insuficiente de forma que el IVA y otros impuestos indirectos anulan su progresividad. Como demuestra un informe de FEDEA, el primer quintil (el quinto de hogares más pobres) paga en porcentaje a su renta más impuestos que los demás quintiles.

Fuente: FEDEA. Observatorio sobre el reparto de los impuestos y las prestaciones monetarias
entre los hogares españoles Cuarto informe – 2016 y 2017
Nuevos impuestos inocuos
El Gobierno ha introducido nuevas figuras tributarias que quedan bien para los titulares de prensa. Es el caso del impuesto sobre beneficios extraordinarios de la banca (un mero recargo sobre intereses y comisiones que los bancos repercutirán a sus clientes), de la “tasa Google”, de la “tasa Tobin”, del impuesto sobre las grandes fortunas, etc. Las mal llamadas tasas Google y Tobin –en realidad el impuesto sobre los servicios digitales y el impuesto sobre las transacciones financieras— han recaudado 476,7 millones € hasta octubre de 2022. Compárese con los 81.306 millones recaudados por retenciones sobre los rendimientos del trabajo.
El diseño de estos nuevos impuestos es tan inocuo que recaudan cifras irrelevantes. La preocupación por mejorar progresividad de un sistema fiscal profundamente clasista sigue siendo un postureo de cara a la galería.
Clase trabajadora 0 – Capital 1
Round 2. Subidas salariales que no compensan la inflación
…los 204 convenios colectivos firmados hasta octubre de este año, que afectan a 1,5 millones de trabajadores, recogen una subida salarial promedio de 2,82%.
Según datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, los 204 convenios colectivos firmados hasta octubre de este año, que afectan a 1,5 millones de trabajadores, recogen una subida salarial promedio de 2,82%. Recuérdese que muchas personas ni siquiera están protegidas por convenios o siguen con convenios antiguos. Añádase a la injuria que en los presupuestos generales del Estado para 2023 se recoge una subida salarial para la plantilla del sector público del 2,5%.
Olvidarse de los derechos constitucionales
Artículo 35. El trabajo, derecho y deber
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- Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.
- La ley regulará un estatuto de los trabajadores.
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Artículo 40
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- Redistribución de la renta. Pleno empleo. Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial, realizarán una política orientada al pleno empleo.
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Este es el resultado de que el Estado español incumpla los artículos 35 y 40 de la Constitución española desde su aprobación. Los ha sustituido por las ‘políticas activas de empleo’ (también conocidas como “apáñatelas como puedas si te quedas en el paro, ¡haber estudiao!”). Tras décadas con tasas de desempleo obscenamente elevadas la clase trabajadora no tiene apenas poder de negociación para conseguir mejoras salariales. No se está produciendo una puja distributiva entre capital y trabajo como ocurrió durante los años 70 y 80. Por este motivo hemos argumentado anteriormente que el episodio de inflación actual sería transitorio. Los últimos datos confirman que así es.

Fuente: INE
La inflación es siempre un conflicto distributivo
La desaceleración de la inflación es positiva. Pero conviene no olvidar que la inflación es siempre un conflicto distributivo. En esta ocasión la clase trabajadora se come la mayor parte de la subida de los precios producida en 2022. Probablemente la caída de los salarios en términos reales producida en 2022 no tenga precedentes en la serie histórica. Así lo demuestra la caída de la participación de las remuneraciones en la renta nacional.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por el INE (Nótese que el eje de ordenadas empieza en 44% lo cual permite apreciar mejor el efecto de la caída en la participación de los salarios).
Clase trabajadora 0 – Capital 2
Round 3. La inflación castiga más a las rentas bajas
Un informe publicado por el BCE demuestra algo que ya sabíamos: la inflación castiga más a las rentas más bajas. El estudio ordena las familias de más pobres a más ricas de forma que el primer quintil es el 20% de las familias más pobres. Los mayores incrementos de precios se han producido en grupos como los alimentos y la energía. Estos epígrafes absorben un mayor porcentaje de la renta disponible de las clases trabajadoras, es decir, de los hogares en los quintiles más pobres.
En cambio partidas de gasto discrecional (vacaciones, caprichos, etc..) han subido menos. El quintil de familias más ricas dedican un mayor porcentaje de su renta disponible a este tipo de gasto. En cambio el porcentaje de su renta que dedican a cubrir necesidades básicas es mucho menor. El efecto se ve amplificado por el hecho de que los ricos dedican un menor porcentaje de su renta a consumo (ahorran más).
Ciertamente los abonos al transporte público y el desacople del precio de la electricidad al del gas natural han sido medidas acertadas. Pero seguramente no sean suficientes para compensar la pérdida de poder adquisitivo de las familias menos afortunadas.

Fuente: BCE: The impact of the recent rise in inflation on low-income households
Clase trabajadora 0 – Capital 3
Round 4. Por la senda del ajuste presupuestario
Me temo que el análisis del BCE será utilizado para justificar una política monetaria totalmente contraproducente e inútil para contener la inflación, tal como he explicado en un artículo anterior. Han subido los tipos de interés, lo cual detraerá más rentas de los hogares de menores ingresos (normalmente más endeudados). Tendrán que destinar un mayor porcentaje de sus ingresos al pago de hipotecas y otros préstamos. Esta política solo beneficiará a los bancos y las clases rentistas.
El BCE anuncia un instrumento ‘antifragmentación’
Pero eso no es lo peor: el BCE anunció en julio de 2022 el fin del programa de compras de títulos de los tesoros nacionales. Eso produjo una inmediata escalada de las primas de riesgo de los países del sur de la zona euro. Se hizo evidente que esa decisión había sido una torpeza que podía hundir la moneda común, como casi ocurrió en 2012. Por eso el banco central anunció un nuevo instrumento ‘antifragmentación’. En la neolengua de ese organismo se quiere decir que comprarán títulos del Tesoro a discreción sin respetar las claves de capital que antes regían. Pero condicionarán las compras a la aplicación de políticas de ajuste presupuestario. Desde Red MMT nos hemos mostrado muy críticos con ese nuevo instrumento porque se está presionando a los gobiernos para que emboquen la senda del ajuste presupuestario.
Dicho y hecho: los presupuestos generales del Estado para 2023 elaborados por ese Dúo Dinámico del conservadurismo fiscal, Calviño y Montero, reafirman el compromiso con el ajuste presupuestario –llueva, truene o nieva–. Para ellas los objetivos son los saldos contables, no el bienestar de la población. ¡Menos mal que integran el “gobierno más progresista de la historia”!

Fuente: libro amarillo de los presupuestos generales del Estado para 2023
Sin indexar por la inflación
Los mecanismos institucionales … dificultan enormemente el desarrollo de políticas de gasto público de carácter discrecional que hubiesen podido compensar el efecto de la inflación.
Si no vas a bajar impuestos ¡al menos aumenta el gasto público! Pues no.
Los créditos presupuestarios se aprueban en términos nominales y no se ajustan por la inflación experimentada en 2022. Por eso el gasto público menguó en términos reales y tuvo una contribución negativa al crecimiento del PIB. Los mecanismos institucionales que ha impuesto el neoliberalismo impiden al gobierno responder a una caída del gasto público en términos reales indexándolos a la inflación. También dificultan el desarrollo de políticas de gasto público de carácter discrecional que hubiesen podido compensar el efecto de la inflación. Puede ser prudente no indexar por la inflación para evitar que el gasto público valide y refuerce un proceso de subida de precios iniciada en el sector privado. Pero en 2022 la “prudencia” fue tanta que se ha convertido en imprudencia. El sector público ha contribuido a que avancemos hacia una recesión con su política fiscal.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por el INE.
Presupuestos poco expansivos
De todas formas es improbable que el Dúo Dinámico entienda bien la diferencia entre estabilizadores automáticos y gasto público discrecional. Dudo que se hubieran animado a proponer medidas para evitar la caída del gasto público. El problema lo elude el gobierno con un discurso triunfalista trufado de mensajes propagandísticos sobre los fondos Lost Generation EU. Lejos de arrepentirse por la caída del gasto público en 2022 han elaborado unos presupuestos para 2023 demasiado conservadores. El incremento del gasto puede considerarse una indexación a la inflación experimentada en 2022. Proponen un aumento del gasto corriente del 5,5% que sube al 5,6% si incluimos las operaciones de capital. Así no recuperaremos el nivel de gasto público real que perdimos este año.
“La Solución es más Europa”
Del mecanismo de recuperación y resiliencia, que hace dos años se nos presentaban como la panacea, en 2023 solo nos llegarán 17.000 millones € –el 1,3% del PIB.
Del mecanismo de recuperación y resiliencia, que hace dos años se nos presentaban como la panacea, en 2023 solo nos llegarán 17.000 millones € –el 1,3% del PIB. No está mal pero difícilmente puede garantizar los ambiciosos objetivos de recuperación y transformación de modelo productivo que nos vendieron.
De todas formas lo que realmente debemos ponderar es el saldo financiero con la UE que, este año, supondrá el 1% del PIB español. Sorprende el sentimiento de gratitud obsequioso hacia ese organismo multilateral que permea a nuestras élites políticas. Han vendido nuestra soberanía económica y monetaria por un 1% del PIB en los años en los que arrancamos algunos fondos adicionales. Pero conviene recordar que estos fondos los vamos a devolver con una mayor aportación al presupuesto de la UE en el futuro. No son un regalo de Alemania.
¡Ojalá se equivoque el gobierno!
Puede sonar a sarcasmo pero, si el gobierno se ha equivocado con su cuadro macroeconómico, ese incremento del gasto público del 5,6% podría actuar como un estímulo fiscal.
Hay una rendija para la esperanza. Si el descenso de la inflación en 2023 es muy brusco y si la recaudación también cae por culpa del enfriamiento de la economía estos presupuestos pueden actuar de forma anticíclica. Puede sonar a sarcasmo pero, si el gobierno se ha equivocado con su cuadro macroeconómico, ese incremento del gasto público del 5,6% podría actuar como un estímulo fiscal. Siempre, claro está, que el Gobierno se resista a introducir recortes bajo la presión combinada del BCE y de la Comisión Europea en respuesta a una caída en la recaudación tributaria.
Esperemos que así sea, pero pedirle al Dúo Dinámico que comprenda el funcionamiento de los estabilizadores automáticos quizás sea ingenuo. Mucho me temo que estos presupuestos dificulten un relanzamiento de la economía española. La consecuencia solo puede ser que se reviertan las recientes ganancias de empleo y suba el desempleo. Ya en el tercer trimestre la reducción de desempleo resultó decepcionante.

Fuente: libro amarillo de los Presupuestos Generales del Estado para 2023
Clase trabajadora 0 – Capital 4
KO en cuatro rounds
Así pues la clase trabajadora está siendo estrujada por una pinza implacable. Por una parte su renta disponible mengua gracias a los impuestos y la inflación. Por otra parte, el Estado porfía en una política fiscal procíclica y los salarios no crecen lo suficiente. No resulta sorprendente que el consumo final de los hogares haya perdido vigor. El pasado trimestre registró un escueto crecimiento del 1,5% respecto al anterior.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por el INE
El crecimiento pierde fuelle
…pese a la buena campaña de verano, estuvimos al borde de la recesión…
Nos encontramos con un consumo de las administraciones públicas en negativo y un consumo de los hogares cada vez menos boyante. Es lógico que hayamos pasado de tasas de crecimientos del PIB saludables hasta 2021 a tasas muy decepcionantes en 2022.
En tasa interanual los datos de los dos primeros trimestres no fueron malos. Pero eso se explica porque se comparaban con un 2021 en el que nos recuperábamos de la crisis pandémica. Las tasas intertrimestrales –los que comparan el valor de un trimestre con el del trimestre anterior— pintan una historia menos bonita.
El primer trimestre la economía menguó un 0.2%. En el segundo trimestre se registró un resultado aceptable aunque no espectacular. Pero en el tercero, pese a la buena campaña de verano, estuvimos al borde de la recesión. Convendría recordar a los responsables de las políticas públicas que todavía no hemos recuperado el nivel de producción previo a la pandemia.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por el INE.
Sigue la cultura de la austeridad
Lamento lanzar un mensaje de pesimismo pero creo que los datos confirman que la cultura de la austeridad sigue enmarcando las políticas públicas.
En 2022 esta política ha dejado KO a la clase trabajadora en 4 rounds.