De nuestros compañeros italianos de Red MMT
Lo que en la narrativa de Ignazio Visco, gobernador del Banco de Italia, es una oportunidad importante que ofrece Europa es en realidad otra respuesta inadecuada de Europa a la crisis.
Tres meses después del colapso de la economía italiana por la Covid-19, la Comisión Europea propone una Facilidad de Recuperación y Resiliencia, un paquete de 750 mil millones. La propaganda trabaja para promover el relato de la propuesta ambiciosa pero del famoso bazuca seguimos sin noticias:
Son 500 mil millones en préstamos no reembolsables y 250 mil millones en préstamos. Para Italia, se habla de alrededor de 172 mil millones en 4 años. Un impulso muy pequeño al PIB.
- Son fondos vinculados al compromiso de los Estados miembros de “acometer reformas”. Como el propio Gentiloni admite “esto no es Troika, es el funcionamiento de la Unión Europea”. Se trata de la nueva versión de la lógica conductista de austeridad aplicada ahora con técnicas de refuerzo y ya no de castigo. Atención, el resultado no cambia: la escasez de dinero es la herramienta con la que se imponen las reformas.
- Los fondos son esasos y, además, actualmente son solo una propuesta que podría renegociarse a la baja por los que eufemísticamente se llaman países frugales (Austria, Holanda, Dinamarca, Suecia).
- La ideología de regresar del déficit sigue en pie (nada se ha dicho por el momento sobre el déficit de 2021), por lo que debe considerarse que los fondos de la UE serán “reequilibrados” con un menor gasto público. Una parte del fondo también se financiará con un aumento de los impuestos, como el impuesto digital, y con un aumento de las contribuciones nacionales al presupuesto europeo. Lo que se da con una mano (o más bien una mano presta), otra mano lo quita.
- Los tiempos técnicos y políticos con los que se mueve la eurozona harán que el primer tramo llegue solo en 2021, dejando a Italia a merced de la crisis a lo largo de 2020. Incluso Federico Fubini, en un artículo reciente en Il Corriere della Sera, se tiene que esforzar para defender la efectividad del Fondo de Recuperación.
Los comentaristas más realistas, que por modestia no usan ningún tono triunfalista, dicen que la Comisión no pudo hacer más que esto y que Ursula von der Leyen se empujó a sí misma a la audacia teniendo en cuenta las limitaciones de los Tratados europeos y la hostilidad de los Cuatro Frugales.
Como dice Wolfang Münchau “Si quieres billones tienes que cambiar los tratados europeos”. Siempre volvemos al punto de partida ampliamente ilustrado en estos meses: la arquitectura europea no puede responder a las crisis sino solo empeorarlas. La única acción, que está cerca de las necesidades reales, es el PEPP del BCE (el programa de compra de valores de emergencia pandémica) y la suspensión del Pacto de Estabilidad, que por ahora se limita solo a la fase de emergencia.
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