Fruto de la desesperada búsqueda del control del volumen de reservas emerge el concepto de cómputo anticipado. El concepto corresponde más a un ideal académico que a una proposición factible. En un sistema de cómputo anticipado, el periodo de mantenimiento seria previo al periodo de computación. Tal sistema conduciría un entorno muy restrictivo y altamente inestable. Una deficiencia de reservas bajo un sistema de cómputo anticipado podría etiquetarse con más precisión como un exceso de depósitos. En tal caso, el sistema bancario tendría que sufrir cambios drásticos en su cartera de sus préstamos. Un único banco puede tener algún margen de maniobra para ajustar la composición de sus préstamos a fin de cumplir con el requisito de reservas. Por ejemplo, si el Banco A tiene un déficit de reservas de 10 millones de dólares y, si fuera capaz de forzar la devolución de préstamos por valor de 10 millones de dólares, el saldo de reservas del Banco A aumentaría en 10 millones de dólares. Sin embargo, la devolución de préstamos reduce los depósitos de otros bancos por un valor de 10 millones de dólares. Al cancelar préstamos el Banco A no elimina el déficit de reservas, sino que transfiere la deficiencia a otros bancos. Cuando los bancos cancelan préstamos, el volumen total de los depósitos en el sistema bancario se reduce, pero tal reducción reduce a su vez el volumen de reservas obligatorias solo marginalmente. Las reservas obligatorias son una décima parte del total de los depósitos; una gran reducción en la cantidad total de depósitos causaría solo una pequeña reducción en el nivel de reservas obligatorias. Las palabras “cancelar préstamos” se despliegan con facilidad en el procesador de textos, pero ¿qué implican? Primero, la porción del saldo vivo de préstamos cancelables es pequeña. Por tanto, el sistema bancario no tiene la capacidad inmediata de expandir o contraer sus depósitos para cumplir con sus reservas obligatorias a corto plazo. Segundo, forzar cambios en las carteras de préstamos a través del cómputo anticipado infligiría una grave disrupción y volatilidad innecesaria, ya que los individuos y las empresas estarían forzados a vender sus activos para reducir sus préstamos con un día de aviso, con independencia de su patrimonio o calificación crediticia.
El deseo de implementar el cómputo anticipado es una reacción precipitada a la falta de control directo sobre las reservas bancarias por parte del banco central. Es una versión bancaria de la montaña que viene a Mahoma. Incluso si se aprobase el cómputo anticipado su efecto sería demasiado disruptivo como para ser utilizado. El uso por el banco central de métodos de cómputo anticipado para controlar el crédito bancario seria como si un policía municipal usara armas nucleares para controlar una algarada callejera. Sea como fuere, el poder de la acción correctiva es tan brutalmente desproporcionado respecto a la situación que resulta inútil.
Traducción de Miquel Bassart i Loré