Destacado Teoría

Un marco analítico general para el análisis de divisas y otras mercancías. (parte 3/5).

Escrito por Warren Mosler

Warren Mosler y Mathew Forstater

Enlace a las entregas anteriores de esta serie:

Un marco analítico general para el análisis de divisas y otras mercancías. Parte 5/5

Un marco analítico general para el análisis de divisas y otras mercancías. Parte 5/5

 

Utilizando el modelo

Ahora procedemos con un ejemplo de cómo este modelo puede integrarse en un análisis del circuito monetario. En este ejemplo, comenzamos con los siguientes supuestos:

1) El Estado ha decretado un impuesto de capitación idéntico para todas las personas.

2) El Estado solo contrata mano de obra.

3) No hay un deseo neto de ahorrar los activos financieros netos (no hay gasto deficitario y no hay desempleo involuntario correspondiente, (ver FEAPS, JPKE, diciembre de 97)

4) El Estado no contrata toda la mano de obra disponible (hay un sector privado).

5) Los productores tienen acceso al crédito bancario.

6) Los consumidores no tienen acceso al crédito.

El circuito monetario comienza con el componente vertical, cuando el Estado describe lo que aceptará para el pago de impuestos. El impuesto principal se paga solo en unidades de esa moneda. Esto hace que los contribuyentes ofrezcan bienes y servicios a cambio de unidades de la moneda. El Estado ahora puede usar su moneda para comprar bienes y servicios. Este proceso da como resultado la monetización de las transacciones en la moneda del Estado. Los contribuyentes están ofreciendo continuamente bienes y servicios para la venta, y pronto otros agentes del sector privado que desean lo que se ofrece para la venta, buscan los medios para obtener unidades de la moneda exigida por los vendedores. Las fuerzas que actúan en el componente vertical son suficientes para hacer que los vendedores de bienes y servicios denominen sus ofertas en unidades de la moneda del Estado. A continuación se produce un intercambio en la unidad de cuenta del Estado al sector privado, y del sector privado al Estado, a medida que el Estado gasta y se pagan los impuestos.

El crédito (actividad horizontal) surge cuando un comprador desea realizar una compra pidiendo prestado lo que el vendedor exige. El comprador podría pedir prestado directamente al vendedor. Esto resultaría en la transferencia de los artículos vendidos a cambio de un pagaré del comprador, denominado en la moneda del Estado, aceptado por el vendedor. Esta nota puede considerarse una forma de dinero, dependiendo de la definición de dinero que tengamos. La nota presumiblemente tiene valor, o el vendedor no la habría aceptado. Pero claramente cualquier valor está sujeto a cambios, ya que la condición financiera del comprador puede variar. Tampoco hay ninguna razón para que dicha nota no sea negociable y circule en la economía, en la medida que cada nuevo tenedor de la nota intenta usarla para comprar de otros vendedores. El reflujo puede ocurrir cuando el emisor original de la nota lo recupera mediante una venta de bienes o servicios, o cuando el emisor original de la nota la retira cambiándola por moneda estatal.

Tenga en cuenta que mientras la nota circulaba, no era un medio aceptable de pago de impuestos. La nota fue, sin embargo, un ejemplo del apalancamiento de la moneda del Estado. Fue actividad horizontal endógena. El titular de la nota tenía una posición “larga” y el emisor una posición “corta”. El neto siempre fue 0. La nota, sin embargo, estaba denominada en unidades de la moneda del Estado. La actividad horizontal siempre se denomina en unidades de un componente vertical.

La misma transacción podría haber sido intermediada por un banco. Quizás el vendedor no quería aceptar la nota del comprador, pero a habría aceptado un depósito bancario. El comprador podría ir entonces a un banco para solicitar un préstamo. De aprobarse, el resultado sería que el banco retendría la letra del comprador y le abriría al vendedor un depósito en el banco. La banca asume así el riesgo de crédito del comprador (presumiblemente expresado en la tasa de interés cobrada). Los bancos que realizan este tipo de actividad comercial son similares a las instituciones de seguros, gestionan el riesgo a través del análisis y la diversificación. De nuevo, ésta es una actividad horizontal.

Los depósitos bancarios son los registros contables de los préstamos. Existe una expansión bruta de los activos financieros, pero el neto siempre es 0. Por cada depósito existe un préstamo de dónde surgió. Sin embargo, téngase en cuenta que, como los depósitos bancarios son aceptables para el pago de impuestos, pueden funcionar como parte del componente vertical. Nuevamente, los bancos que actúan en esta capacidad están, en el caso de los depósitos utilizados para el pago de impuestos, intermediando la actividad vertical.

Los contribuyentes que no deseen un empleo estatal, o no cualificados para el empleo estatal, buscarán otros medios alternativos para obtener divisas. Directa o indirectamente, los fondos necesarios deben, dados los supuestos anteriores, en última instancia, provenir de alguien empleado por el Estado. En el caso más simple, los individuos ofrecen bienes y servicios a aquellos empleados por el estado a cambio de parte de la moneda originalmente obtenida del Estado.

También los no contribuyentes tienden a monetizarse, ya que cuando ven bienes y servicios a la venta, también desean unidades de la divisa del Estado. Pueden, por ejemplo, vender su trabajo a aquellos empleados por el Estado, y luego, con las unidades monetarias así obtenidas, realizar compras a contribuyentes no empleados por el Estado.

En algún momento, puede surgir un emprendedor que intente organizar la producción, con el objetivo de obtener ganancias, que luego se pueden utilizar para realizar compras personales. Esto puede comenzar con la solicitud de un préstamo a un banco para pagar la factura salarial y terminar con la recuperación de los gastos y las ganancias a través de las ventas de la producción final. El ejemplo de este párrafo es representativo del análisis circuitista actual. Pero ahora podemos ir más allá, ya que incluso las interacciones más complejas de empresas, consumidores, contribuyentes y el Estado se examinan fácilmente en el contexto de nuestro modelo.

Este ejemplo presupone un impuesto de capitación. Podría haber asumido un impuesto a las transacciones, tal como un impuesto sobre los beneficios. Téngase en cuenta, sin embargo, que un impuesto sobre la renta sobre los ingresos obtenidos por el sector privado del empleo estatal no impulsará el modelo. Si uno trabaja para el Estado, simplemente obtendría un pago neto de unidades monetarias para las cuales no tendría más uso. Lo que se requeriría es un impuesto sobre la renta imputado sobre las transacciones dentro del sector privado. Estas transacciones —el empleo del sector privado— generarían una obligación tributaria neta del sector privado que requeriría la venta de bienes y servicios al Estado. Téngase en cuenta que exigiría incluir un impuesto imputado, de lo contrario el sector privado (seguiría) comerciando en algún otro medio de intercambio.

También está claro que los impuestos sobre las transacciones tienen el efecto de desalentar aquellas transacciones sujetas al impuesto. Por lo tanto, el modelo se presta al análisis de las diferencias entre diversos impuestos sobre los activos e impuestos sobre las transacciones.

Siguiente entrega en este enlace:

Un marco analítico general para el análisis de divisas y otras mercancías. Parte 5/5

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