Teoría

Economía de la divisa blanda: 06. El mito del multiplicador monetario

06 El mito del multiplicador monetario
Escrito por Warren Mosler

Índice de la obra

Toda persona que haya estudiado banca y teoría monetaria ha conocido el concepto del multiplicador  monetario. El multiplicador es un factor que conecta el cambio en la base monetaria (reservas + moneda) con los cambios en la oferta monetaria. El multiplicador nos dice qué múltiplo de la base monetaria se transforma en oferta monetaria (M = m x MB). Desde que el retrato de George Washington apareció en los billetes de un dólar, los estudiantes han escuchado la misma explicación del proceso. Sin importar cuál fuera el coeficiente de encaje vigente, el ejemplo canónico siempre ha asumido un 10 % para que las matemáticas fueran lo suficiente sencillas para los profesores universitarios. Qué alegría debió embargar a la comunidad financiera cuando, el 12 de abril de 1992, la Reserva Federal, por vez primera, estableció el coeficiente de caja en ese mágico 10 %. Dada la simplicidad y  difusión del concepto del multiplicador monetario, apena que el mito deba ser enterrado. La verdad es opuesta al modelo del libro de texto.

En el mundo real, los bancos dan préstamos independientemente de sus posiciones de reserva, y luego, durante el siguiente periodo contable, piden prestadas las reservas que necesiten. Los imperativos del sistema de cómputo, tal como se ha discutido anteriormente, precisan que el Banco Central preste a los bancos lo que necesiten.

Generalmente, los directores de bancos ni saben ni se preocupan por el nivel agregado de reservas en el sistema bancario. Las decisiones de préstamo bancario son afectadas por el precio de las reservas, no por las posiciones. Si el diferencial entre la tasa de retorno de un activo y el tipo interbancario es lo bastante alto, incluso un banco con déficit de reservas comprará el activo y cubrirá las reservas necesarias comprando  (pidiendo prestado) dinero en el mercado interbancario. Este hecho está claramente constatado por muchos grandes bancos cuando compran consistentemente más dinero en el mercado interbancario de lo que exige el coeficiente de caja o reservas mínimas. Estos bancos tendrían de hecho niveles negativos de reservas si no fuera por el mercado interbancario -tomar en préstamo dinero para conservarlo como reservas.

Si el Banco Central quisiera aumentar la oferta monetaria, los devotos del multiplicador  monetario (incluyendo varios ganadores del Premio Nobel) encargarían al Banco Central que comprara títulos. Cuando el Banco Central compra títulos se añaden reservas al sistema. Sin embargo, el modelo del multiplicador monetario no acierta a reconocer que la introducción de reservas por encima del nivel obligatorio presiona el tipo de interés interbancario hacia cero, ya que las reservas obligatorias no cambian hasta el siguiente periodo contable. Esto fuerza al Banco Central a vender títulos -retirar el exceso de reservas recién añadido para mantener el tipo interbancario por encima de cero.

Si, por otra parte, el Banco Central quiere reducir la oferta de dinero, retirando reservas del sistema cuando no hay exceso de reservas, se corre el riesgo que los bancos no puedan alcanzar el coeficiente de caja o reservas mínimas. El Banco Central no tiene otra alternativa que volver a añadir reservas en el sistema, para evitar que el tipo interbancario se eleve, en teoría, hasta el infinito.

En cualquiera de los casos, la oferta monetaria no varía por las acciones del banco central. El multiplicador se concibe más acertadamente como una simple ratio entre la oferta de dinero y la base monetaria (m = M/MB). Los cambios en la oferta monetaria causan cambios en la base monetaria, no al revés. El multiplicador monetario se concibe más acertadamente como un divisor monetario (MB = M/m).

La incapacidad de reconocer la falacia del modelo del multiplicador monetario ha desorientado incluso a algunos de los más reputados expertos. Los siguientes puntos deberían ser obvios, pero son raramente comprendidos:

  1. La naturaleza inelástica de la demanda por reservas bancarias deja al Banco Central sin control sobre la cantidad de dinero. El Banco Central solo controla el precio.
  2. Los participantes del mercado que tienen un efecto e inmediato sobre la oferta monetario son todos menos el Banco Central.

Traducción de Miquel Bassart i Loré

El siguiente capítulo se encuentra en este enlace

Economía de la divisa blanda: 07. El mito de la monetización de la deuda

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